Los adultos negros e hispanos tienen menos probabilidades de recibir RCP, especialmente en público

Por Laura Williamson, American Heart Association News

Travelpix Ltd/Stone a través de Getty Images
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Los adultos negros e hispanos que sufren un paro cardíaco con testigos fuera de un hospital, considerablemente tienen menos probabilidades que los adultos de raza blanca de recibir atención que salva vidas por parte de un transeúnte, según nueva investigación preliminar.

Fue menos probable que se administrara RCP a los adultos negros e hispanos en un entorno menos personal, como en la calle o un centro de transporte público, según conclusiones presentadas en mayo en las Sesiones Científicas de Investigación de la Calidad de Atención y Resultados de la American Heart Association en Reston, Virginia. Los resultados mejoraron en casa o en entornos públicos donde la gente tal vez conoce a la persona, como en el trabajo, aunque, en el estudio, tal RCP continuaba siendo más probable para las personas de raza blanca.

"Nuestra hipótesis era que, en un entorno público, los índices de RCP por transeúnte aumentarían y la diferencia de trato que se presentaba en el entorno de hogar sería menor porque hay más personas disponibles para administrar RCP", dijo el investigador principal Dr. R. Ángel García, residente en cardiología en St. Luke's Mid-America Heart Institute en la Universidad de Missouri en Kansas City. "Desafortunadamente, sucedió lo contrario. La disparidad aumentó".

El paro cardíaco ocurre cuando el corazón de una persona bruscamente deja de bombear sangre, lo que puede ser mortal si no se trata inmediatamente con RCP o un desfibrilador para restaurar el ritmo cardíaco normal. Cada año ocurren unos 350,000 paros cardíacos fuera de los hospitales, mayormente en los hogares, según estadísticas de la AHA. Las personas que reciben RCP de familiares, amigos o extraños mientras esperan a que llegue el personal de emergencia tienen el doble de posibilidad de sobrevivir que quienes no la reciben.

Los investigadores presentaron sus conclusiones iniciales en las Sesiones Científicas del American College of Cardiology en abril. Se analizaron 110,054 expedientes de paros cardíacos con testigos transeúntes fuera de un hospital desde el 2013 hasta el 2019.

Las conclusiones iniciales revelaron que, si el corazón dejaba de palpitar en casa, los adultos negros e hispanos tenían un 26% menos de probabilidades de recibir RCP de transeúntes que las personas de raza blanca. Si el paro cardíaco ocurría en público, tenían un 41% menos de probabilidades.

En el análisis más reciente que se presentó el viernes, las tasas de intervención para administrar RCP por transeúnte se compararon en distintos entornos públicos: en el trabajo, en instalaciones recreativas, en la calle o carretera, en centros de transporte o en otras áreas públicas.

Según los nuevos datos, cuando las personas afroamericanas e hispanas tenían un paro cardíaco en el trabajo, tenían un 27% menos de probabilidades de recibir RPC de un transeúnte que sus colegas de raza blanca. Si sufrían un paro cardíaco en un centro de transporte público, tenían un 57% menos de probabilidades. Los resultados se consideran preliminares hasta que se publiquen las conclusiones completas en una revista evaluada por colegas.

Además de otros factores, García dijo que los autores controlaron las variables de edad y sexo de las personas que necesitaban ayuda porque algunas personas, innecesariamente, pueden estar poco dispuestas a administrar RCP a las personas mayores por la preocupación de lastimarlas, o a las mujeres por la preocupación de tocarlas de manera inapropiada.

"La única cosa que quedó para describir por qué una persona no intervendría en el entorno público es la raza de la persona", dijo él. "Tal vez existan prejuicios implícitos. O tal vez tengan un prejuicio consciente contra la raza de la persona. La realidad es que no podemos justificar cuál de esas razones estaría verdaderamente presente".

El racismo "es definitivamente uno de los factores" que impiden a la gente intervenir con los adultos negros e hispanos que necesitan ayuda, dijo Katie Dainty, presidenta de investigaciones en North York General Hospital y profesora adjunta en el Institute of Health Policy, Management and Evaluation en la Universidad de Toronto, en Canadá.

"Pero eso es algo muy difícil de medir", dijo ella. "Lo que necesitamos hacer es enfrentar estos conceptos directamente; hablar sobre ellos para así poder resolverlos de una manera proactiva. Y eso no es fácil. Sacarlos a la luz como lo estamos haciendo con esta investigación es un paso hacia adelante".

Dainty no participó en la nueva investigación, pero presidió el comité de redacción para un comunicado científico reciente de la AHA sobre las personas que no están en el campo médico e intervienen con RCP.

Según el comunicado, solo entre el 35% y 45% de las personas a nivel mundial que sufren un paro cardíaco fuera del hospital reciben RCP de transeúntes. Investigación anterior muestra que las personas que viven en vecindarios predominantemente negros e hispanos, y quienes son de bajos ingresos, tienen menos probabilidades de recibir RCP por transeúnte que las personas que viven predominantemente en vecindarios de raza blanca y de altos ingresos.

"No me sorprendieron las conclusiones", dijo Dainty, quien también señaló que ellos siempre han luchado con acceder a poblaciones de bajos ingresos o con diversidad racial. "Realmente no hemos encontrado la forma de discernir los problemas que son exclusivos de ellos".

Las conclusiones sugieren que no se trata solo de enseñar las habilidades de RCP, dijo ella.

"Se trata de preparar psicológicamente a las personas –incluso superar problemas como el racismo– para intervenir cuando un ser humano está en dificultades", dijo ella. "Durante mucho tiempo, el mensaje ha sido que solo necesitamos capacitar a más gente. Y eso es excelente, pero lo que realmente necesitamos es poner atención al por qué incluso las personas capacitadas no están interviniendo".

La gente no necesita capacitación para intervenir, dicen los expertos. Lo único que necesitan es presionar fuerte y rápido en el centro del pecho con 120 compresiones por minuto, al menos con 2 pulgadas de profundidad, según pautas de la AHA. Los operadores del 911 también pueden guiar a los rescatistas por el proceso de RCP.

La vicepresidenta de ciencia e innovación de la atención cardiovascular de emergencia, Dra. Comilla Sasson, formó parte del equipo que realizó la nueva investigación.

Nota del editor: Esta historia se actualizó el 31 de mayo. Cada año ocurren unos 350,000 paros cardíacos fuera de los hospitales, no 370,000.

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