Heroína Elegida por los Votantes:
Kathleen O’Leary

Búfalo, Nueva York

“Me siento honrada de recibir este premio y reconozco que todos los demás nominados lo merecen por igual. Espero haber creado conciencia sobre las dificultades que enfrentan a diario los sobrevivientes de ataque o derrame cerebral a largo plazo, y que otros sobrevivientes de ataque o derrame cerebral encuentren esperanza e inspiración para continuar su recuperación.” – Kathleen O’Leary

Kathleen O’Leary había sido vegetariana durante décadas y llevaba una vida activa cuando sufrió un ataque o derrame cerebral catastrófico a los 57 años. La médica y madre de dos hijos había escalado la montaña más alta de Irlanda con su familia solo dos meses antes de su ataque o derrame cerebral, el cual fue causado por un FOP congénito, o un agujero en el corazón.

Kathleen afirma que no se sentía preparada en absoluto para volver a casa después del ataque o derrame cerebral al enfrentarse junto a su familia a importantes desafíos físicos y emocionales. Estos obstáculos se vieron agravados por la pandemia de Covid-19, que limitó las terapias disponibles y la obligó a permanecer en casa. Como médica, había tratado a muchos sobrevivientes de ataque o derrame cerebral, pero no comprendía el difícil camino que recorrían. Decidió hacer algo al respecto.

Al no encontrar ningún grupo de apoyo local, creó uno para que los sobrevivientes de Búfalo, Nueva York, tuvieran dónde buscar información y apoyo. También les señaló a sus colegas que no estaban preparando a los pacientes para la vida después de un ataque o derrame cerebral. Superó la depresión y las graves dificultades físicas para impulsar la formación de un grupo de trabajo de profesionales médicos, de salud mental y de servicios sociales para ayudar a los sobrevivientes de ataque o derrame cerebral a encontrar una nueva normalidad.

Ahora Kathleen habla de su experiencia como sobreviviente y médica. Explica que su carrera médica había terminado y que el ataque o derrame cerebral cambió la vida y los planes de toda su familia. Necesitaba ayuda y caminaba con un bastón. Pero Kathleen se unió a un programa de boxeo en un gimnasio para pacientes con enfermedad de Parkinson. Se convirtió en la "prueba beta" del uso de estas terapias para pacientes con ataque o derrame cerebral.

Recientemente, Kathleen regresó a trabajar de forma limitada y de medio tiempo. El esfuerzo físico para llegar al trabajo es enorme, pero está decidida a lograrlo.