A los 50 años, sufrió un ataque o derrame cerebral. La rápida reacción de su esposa ayudó a limitar el daño cerebral.

Silivenusi “Nusi” Tukuafu, un sobreviviente de un derrame cerebral, está parado frente a recuerdos deportivos vistiendo una camiseta de rugby de los Springboks.Silivenusi “Nusi” Tukuafu se sentía demasiado joven como para sufrir un ataque o derrame cerebral. Pero cuando de repente no pudo mover el brazo izquierdo, su esposa, Arnetia, supo que necesitaba atención urgente.

Sentada con sus hijos en la recepción de urgencias del hospital, Arnetia Tukuafu esperaba noticia de la condición de su esposo tras su ataque o derrame cerebral. Fue entonces que escuchó la alarma “Code Blue” (código azul) a través del altavoz.

Su esposo, Silivenusi “Nusi” Tukuafu, se sometía a una trombectomía para extirpar un coágulo (contenido en inglés) que le había obstruido un vaso sanguíneo que irriga el cerebro, causándole un ataque o derrame cerebral. Como aficionada de la serie de televisión médica “Grey’s Anatomy”, Arnetia sabía que “Code Blue” significaba una emergencia médica.

“Sabía que se trataba de él”, dijo.

La Dra. Danielle Sorte salió pronto y le contó que habían logrado extraer el coágulo de Nusi. También le dijo que habían descubierto problemas cardíacos adicionales que le habían provocado un paro cardíaco durante la operación.

Le informó que necesitaría una cirugía a corazón abierto para llevar a cabo una derivación cardíaca triple después de que su cuerpo se recuperara del paro cardíaco. Luego, pasaría otro mes en rehabilitación hospitalaria recuperándose tanto del ataque o derrame cerebral como de la cirugía cardíaca, y aprendiendo a caminar, vestirse con un solo brazo y hablar con mayor claridad.

Aun así, Nusi tuvo relativa suerte. Arnetia llamó al 911 inmediatamente después de notar que su esposo no podía moverse del lado izquierdo tras despertarse el 17 de enero de 2024. Al llegar al Hospital St. Mark's de HCA Healthcare, un centro integral para ataque o derrame cerebral cerca de su hogar en Salt Lake City, Utah, los médicos confirmaron rápidamente el ataque o derrame cerebral con una tomografía computarizada.

Nusi recibió un trombolítico intravenoso 18 minutos después de llegar a urgencias, un tiempo de atención “de puerta a aguja” (door to needle) bastante menos que el plazo de pauta de 60 minutos recomendado por la American Heart Association y la American Stroke Association. Este tiempo se basa en estudios que demuestran que cada minuto cuenta para salvar vidas y proteger la función cerebral a largo plazo.

“El factor más importante (a favor de Nusi), como decían en el hospital, fue su edad”, dijo Arnetia. “Es joven. Lo segundo fue que pudimos detectarlo a tiempo. El tiempo fue crucial”.

Ahora, la pareja crea conciencia sobre la importancia fundamental de saber reconocer las señales de un ataque o derrame cerebral repentino y buscar atención médica inmediata.

También animan a los familiares y amigos de la comunidad polinesia a realizarse exámenes físicos anuales y a prestar más atención a su dieta, ejercicio y sueño.

Nusi y Arnetia recuerdan cómo, en los años previos al ataque o derrame cerebral, Nusi había subido de peso por comer grandes cantidades de arroz, puerco y su plato favorito: papas fritas con aderezo al estilo Utah de mayonesa y kétchup. La medicación le había ayudado a controlar el colesterol alto y la presión arterial alta, pero no se había mantenido en contacto cercano con su médico.

Para 2022, tras volverse menos activo durante la pandemia de covid-19, empezó a tener dolores en el pecho que atribuyó a la acidez. Aunque solía correr durante los entrenamientos con el equipo de rugby de preparatoria que ayudaba a entrenar, empezó a sentirse sin aliento al caminar distancias más largas. Pero pensó que era simplemente su cuerpo adaptándose a la mayor altitud de Salt Lake City, adonde se habían mudado recientemente desde Hawái.

“No cuidaba mi cuerpo”, dijo Nusi. Aun así, nunca consideró que corriera riesgo de sufrir un ataque o derrame cerebral, especialmente a los 50 años. “Esto no me puede estar pasando”, pensó. “Estoy demasiado sano para sufrir un derrame cerebral. Soy demasiado joven”.

Ese día de enero, el operador del 911 le hizo una serie de preguntas a Arnetia.

¿Podía decir su nombre? Sí, pero apenas movía la boca.

¿Tenía la cara caída? No estaba segura; Nusi tenía pómulos altos.

¿Podía levantar ambos brazos? En tres intentos, solo pudo levantar el brazo derecho.

¿Podía mantener el equilibrio? No lo podía evaluar; estaba acostado.

En unos 10 minutos, dijo Arnetia, los paramédicos llevaron a Nusi al Hospital St. Mark's de HCA Healthcare. Cuando Arnetia y sus hijos llegaron a urgencias, a Nusi ya le estaban haciendo la tomografía computarizada, que reveló el coágulo de sangre debajo de la oreja derecha que le había causado el ataque o derrame cerebral. Minutos después de regresar de la tomografía, lo llevaron rápidamente para hacerle una trombectomía.

Un año y medio después, Nusi sigue recuperándose. Se esfuerza a diario, física y mentalmente, para recuperarse. Algunos días todavía tiene que comer, vestirse y hacer todo lo demás con solo el brazo derecho. Caminar y permanecer de pie durante largos periodos sigue siendo un reto. Espera recuperar más movilidad del lado izquierdo y continúa con terapia ocupacional y de logopedia.

Cuando se le pregunta, afirma que se siente bien mentalmente, pero Arnetia nota con qué facilidad Nusi sufre “fatiga cognitiva”, y que a veces pide el mismo producto por internet múltiples veces olvidándose de que ya lo había hecho.

Nusi atribuye su recuperación a su red de apoyo, especialmente a Arnetia, sus hijos y otros familiares y amigos. También adoptó hábitos alimenticios más saludables, duerme más y toma siestas para recuperar energía y reducir el estrés. Le preocupa que su forma de caminar le cause un riesgo de caerse.

Arnetia ha tenido que acostumbrarse a ser cuidadora a tiempo completo y, al mismo tiempo, a mantener a la familia teletrabajando. Pero su matrimonio se ha fortalecido, dijo, y ahora aprecian la necesidad de priorizarse mutuamente.

También tienen algo nuevo que esperar: se espera que nazca su primer nieto este otoño.

Nusi tiene un nuevo objetivo: “Solo quiero poder cargar al bebé”.