Héroe pediátrico:
Reegan Lueken

Ely, Iowa
“Recibir este premio es un honor. La vida realmente es un regalo, aunque pueda presentar algunos desafíos. Sin embargo, también hay muchas cosas buenas que pueden surgir de ella, aunque al principio no parezca así. Estoy agradecido por la oportunidad de compartir mi historia y ayudar a reforzar cuán fuertes todos podemos ser”. – Reegan Lueken

En su primer día de práctica de entrenamiento en pista de séptimo grado en 2021, Reegan Lueken de repente se sintió mareada, así que se sentó. Cuando intentó volver a levantarse, se dio cuenta de que las piernas no le respondían. Su padre corrió a la escuela y llevó a Reegan a la sala de emergencias, donde supo que había tenido un accidente cerebrovascular isquémico. Tenía solo 12 años.

Los médicos le dieron a Reegan medicamentos para disolver el coágulo de sangre que causó el derrame cerebral y luego la trasladaron en avión a un hospital infantil, donde los cirujanos extrajeron el coágulo. Cuando Reegan se despertó, no podía mover el lado izquierdo del cuerpo. Pasó la mayor parte de los siguientes 11 días en la unidad de cuidados intensivos, donde sufrió un segundo derrame cerebral.

Una vez que su estado se estabilizó, Reegan fue trasladada a un centro de terapia de rehabilitación para pacientes hospitalizados. Se reunió con terapeutas físicos y ocupacionales diariamente durante 36 días. Le ayudaron a volver a aprender habilidades que daba por sentadas, como caminar o recoger objetos con la mano izquierda. Cuando Reegan estuvo lista para irse a casa, podía caminar, subir escaleras, mover el brazo izquierdo y agarrar cosas con los dedos de la mano izquierda nuevamente.

Regresar a casa fue una adaptación. Reegan estaba contenta de dormir en su cama, pero tenía que aceptar el hecho de que cuando necesitaba mover el lado izquierdo, tenía que pensar en ello, ya no sucedía automáticamente. Las reuniones con los terapeutas físicos y ocupacionales continuaron mejorando su progreso, y un asesor personal la ayudó a afrontar los aspectos emocionales de la recuperación de un derrame cerebral durante la adolescencia.

Hoy, Reegan es una alumna de décimo grado resiliente que reconoce que cada día es un regalo. Estudia mucho y está en el cuadro de honor de su escuela secundaria. Volvió a aprender a andar en bicicleta, trabaja como anfitriona en un restaurante local y recientemente completó su primer curso en un instituto de enseñanza superior.

Reegan decidió compartir su historia de derrame cerebral a través de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón). Su madre, Maria, había sido voluntaria de la AHA años antes del derrame cerebral de Reegan. (Maria sobrevivió a un aneurisma aórtico cuando Reegan recién había nacido). Al contarles a las personas que sufrió un derrame cerebral cuando era una preadolescente deportista, Reegan espera ayudar a que comprendan que cualquiera puede sufrir un derrame cerebral en cualquier momento, independientemente de su edad o estado de salud.